El mutismo
selectivo es descrito dentro del capítulo de Trastornos de Ansiedad Infantil,
como un trastorno en el cual la persona parece mudo ante situaciones
sociales o cuando se espera que hablen, pero son perfectamente capaces de
hablar y de comprender el lenguaje. Funcionan normalmente en otras áreas de
comportamiento y aprendizaje, aunque se privan severamente de participar en
actividades de grupo. Es como una forma extrema de timidez,
pero la intensidad y duración la distingue. Como ejemplo, un niño puede pasar
completamente callado en la escuela, por años, pero habla libremente o
excesivamente en casa.
Este trastorno no se considera
como un problema de la comunicación, en que la mayoría de las personas se
comunica a través de expresiones faciales, gestos, etc. En algunos casos, el
mutismo selectivo es un síntoma de un trastorno de desarrollo o un trastorno psicótico.
Hay que realizar diagnóstico
diferencial con Autismo o síndrome de Asperger. La diferencia fundamental es que en estos dos
trastornos el individuo no habla independientemente del contexto, ya que está
gravemente alterada la comunicación y la interacción social.
El mutismo
selectivo es caracterizado por:
·
Fracaso consistente para hablar en
situaciones sociales específicas (por ejemplo, en la escuela, donde existe
expectación al hablar) a pesar de expresarse bien en otras situaciones.
·
El fracaso para hablar no se debe a
la falta de conocimiento del idioma hablado requerido en la situación social.
Se considera que el
mutismo selectivo, si no es bien tratado, será el antecesor de una futura fobia social y/o trastorno de personalidad por
evitación.
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